—Perdone que le diga, pero usted está chalado. ¿Qué me está diciendo de que las olas de calor están provocadas para acelerar la consumación de la magnífica Agenda 2030? ¿Usted no ve la realidad?, ¿no ve que todo lo que sucede en relación al clima está causado exclusivamente por consumo energético excesivo del ser humano?

—Querido compañero, no le digo yo a usted que el actual entibiamiento climático carezca de la relación con el excesivo uso de fuentes energéticas contaminantes, pero usted debería contemplar también que, sin la presencia del ser humano en la Tierra, ya el clima era algo cambiante. Y no podemos olvidar un factor extra: que algunos seres humanos tienen en su mano la capacidad para modificar el clima a su antojo… ¿quizás para llevar a cabo un proceso de ingeniería social a gran escala? Quién sabe. 

—No sé adónde pretende ir a parar. ¿De verdad es usted tan conspiranoico como para pensar que el clima es modificable a voluntad y que ese poder se utiliza para amedrentarnos y que cedamos nuestro derecho de decidir por nosotros mismos?

—Compañero, se asombraría de la capacidad técnica que ya funciona… aunque no se nos muestra demasiado en os medios masivos, no sea que nos dé por atar cabos. Imagino que usted sabrá que hace bastante que se puede generar lluvia artificialmente, ¿no?

—¿Lluvia artificial?, ¿que caiga un chaparrón desde el cielo cuando me dé la gana? ¿Qué me está contando?

—Eche usted un vistazo aquí, querido. Pues bien, además de este prodigio, también se pueden generar artificialmente procesos de sequía, huracanes y hasta terremotos. ¿Le suena a usted el proyecto Haarp y otros similares?

—No tengo la menor idea de lo que usted me está contando…

—Si es tan amable, eche otro vistazo, ahora aquí. O aquí, si desea ampliar información… En fin, teniendo conocimiento de estas capacidades tecnológicas y mirando lo que viene sucediendo desde 2020 con lo que ya sabemos, pues yo no descartaría nada, qué quiere que le diga.

—¡Conspiranoico! No puedo perder más tiempo con usted y sus majaderías. Me voy, que llego tarde a casa para ver mi concurso televiso favorito. Vaya usted a otro con sus cuentos.

 

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