No quisiera caer en una bravata, alardeo, fanfarronada, jactancia o vanagloria. Igual lo acabo haciendo. Da igual. Considero que estos comentarios públicos (blog lo llaman) tienen más sentido cuando se enjuician cuestiones comunes que importan a más gente y no sólo al abajo firmante. Ya saben, lo que tiene que ver con esta sociedad que produce engendros en la presidencia de demasiados países y un sistema de retribución que premia y enriquece a gente inepta que ha conseguido generar un efecto de marketing en torno a ella, mientras que castiga o anula a investigadores científicos que aportan valor de progreso. La jodienda de siempre.

Que nos hemos organizado de forma estúpida como raza dominante es algo evidente. Admito que con honrosas excepciones. A ello aludiré en otro momento, si les parece. Ahora toca darme a mí mismo la enhorabuena.
– Oiga, este tipo se ha vuelto loco y se habla a sí mismo.
– Eso parece. Escuchemos de todas formas el final de su enrevesado argumento…
Pues bien, me felicito por haber logrado en un año dar forma a un sueño: todo un logro para alguien tan dado a la dispersión como un servidor, a arreglar el mundo en hipótesis pero no en acto.
Justo hace doce meses andaba yo recorriendo Cuba para cimentar el libro que he publicado recientemente (Hasta el mojito siempre; sírvase leerlo si no lo ha hecho todavía), cuando detecté lo que me pareció una oportunidad de mercado: decenas, cientos de libros de autores cubanos que no habían podido dar el salto al resto del mundo por cuestiones propias del mercado nacional.
Un viaje siempre es una puerta abierta si se sabe detectar y se tiene el arrojo de cruzarla. Esta vez sí lo he hecho. Tanto, que un año más tarde estamos a punto de oficializar el nacimiento de Guantanamera, un sello editorial nacido de aquel sueño mío y que cuenta ya con casi un centenar de (excelentes) obras cubanas en catálogo. En una semana estaré con mi socio Chema García en La Habana para vestir el muñeco y echar a volar una colección que nace con la vocación de ser referente internacional de todo lo mucho y bueno que se escribe en la mayor de las Antillas.
Desde Cuba para el mundo. Con todos ustedes, ya mismo está aquí Guantanamera.
Ole.
PD: Por supuesto, esto es labor de un gran equipo. Gracias infinitas a Laura, Michael, Abraham, Julio, Cristina, Karina, María Jesús, Fernando, Jorge, Elena, Quique, Alberto, María Jesús, Chema, Álvaro, Susi, la gran Massiel y un largo etcétera.