Es una gran pregunta. Veamos posibles respuestas. La primera es suponer que los señores que toman estas decisiones son unos absolutos ineptos que entienden que carece de valor aprender lo que han expuestos los pensadores más brillantes de la historia sobre las cuestiones esenciales, como qué es la moral, cuál es la manera como está compuesta la realidad y si existe un mundo de las ideas que nos ayude a comunicarnos mediante conceptos comunes en el lenguaje.

La otra es pensar lo contrario: que estos señores por supuesto están al tanto de que atender a estos conocimientos sí tiene valor, sobre todo desde el punto de vista de construir una generación con opinión propia y capacidad crítica. Si este fuera el caso, la única conclusión posible para que se tome la decisión de condenar la Filosofía es que se pretenda generar un mundo de borregos fácilmente manipulables mediante las redes sociales y la propaganda de los medios masivos de entretenimiento.

Elijan ustedes.